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Mostrando entradas de septiembre, 2014

De palcos y tradiciones. Política y deporte

A vueltas con las calendas, los idus y las nonas, y las carnestolendas (que molan más que la cuaresma) En el albor del Bajo Imperio Romano, cada año se celebraban unos veinte días sagrados, y con animus gobernandi, se declaraban otros tantos dedicados a “ ludi ” (juegos).  Por otro lado, sin un aparente criterio, los emperadores presionaban al Senado para que se decretasen varios días de “ múnera ” (gladiadores), que en algunas ocasiones superaban los dos meses de jarana. Así que casi eran más los días de múnera que de ludi y casi igual la suma de los días de fiesta que de curro, lo cual, oye, en un momento dado no está mal, sobre todo teniendo en cuenta que para eso precísamente monta uno un imperio. Cuando el César ocupaba su palco presidencial, la gente gritaba arrebatada. Ahí estaba, compartiendo el jolgorio.Con esto de aparecer en el palco, los césares, en lugar de aislarse, conseguían popularidad y aprecio entre las gentes. Lo que luego les permitía pasar temporadas caza