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Mostrando entradas de 2014

Luis y el viaje hacia la sabiduría hortalina.

2014 Luis Aragonés. Luis ganaba y se escondía. Metía tantos goles como Amancio, y se escondía. Ganaba ligas y copas, tiraba las faltas como Puskas, y luego se escondía. Discreción o timidez o a saber qué. Esas cosas especiales. Y luego se puso a entrena a su Atleti. El 15 de marzo de 1978 viví mi primer partido en el Calderón. El Atlético de Madrid 3 - Brujas 2 de la Copa de Europa que no sirvió para pasar de ronda. Y aquel día, aparte de unos cuantos insultos, desconocidos para mi, aprendí algo. Al final del partido le vi saludar a los del Brujas, aplaudir a la afición y marcharse cabizbajo. Esa imagen de buen perdedor, repleta de dignidad, completó al que para mi alucinada cabeza de colchonerito prepubescente era un inmenso ganador. Entonces estaba en la primera fase de su metamorfosis de zapatones a sabio. Aún recuerdo esa imagen cada vez que piso el Calderón. Y cuando paseo por la Avenida de los Melancólicos no puedo dejar de imaginarme a Luis Aragonés como uno

Y Robin Williams llegó al Club.

2014 Robin Williams . Siempre viene bien un Good Morning Vietnam en nuestros amaneceres. A  cada cual lo suyo. No  se muy bien si Robin Williams está entre mis preferidos absolutos o en ese límite a punto de ganar en la negociación. Tampoco es algo muy relevante que digamos. En el Rey pescador y en El club de los poetas muertos hay una misma tesis de interpretación, de representación y de realidad. Un actor de método, de método propio, por mucho actors studio y por mucho Stanilsavsky que le zozobrasen. La fama y las modas le hicieron pasar por películas de poco más o menos, pero cuando el mensaje lo permitía, se salía. Se salía de los límites del dibujo, de los límites de la película, y entonces la historia se convertía en Williams. De donde sacara ese infinito registro de sonrisas y miradas, de donde esa manera de decir frases imposibles para otra boca, de donde consiguiese incorporar en su limitado físico cualquier personaje, por muy gigante que fuese; de ahí es de

Si me necesitas, silba.

2014 Lauren Bacall No tengo recuerdo exacto del momento en que vi Tener y  no tener , pero recuerdo perfectamente que fue el fin de un ciclo. Un salto, un escalón. La televisión era en Blanco y Negro, así que mi cerebro se ocupaba de colorear todo lo que allí dentro vivía. Correría 1981. Roconozco que soy ligéramente más de Alida Valli, y que Gene Tierney en Laura me dejó fuera de combate durante muchos días, pero lo de Tener y no tener fué por demás, nada de medias tintas, sencillamente entré en otra dimensión. Las referencias se habían colocado todas de un plumazo. A medida que avanzaba, o retrocedía, según se mire, en el crecimiento hacia la madurez, aparecieron los sudores de Eduard G. Robinson en Cayo Largo y l a total y definitiva caida de las estanterías en El Sueño Eterno y aquel "tenga cuidado con su hija, ha creído que yo era Papá Noel y ha intentado sentarse en mis rodillas." Esos ojos que miraban como esos ojos Esas frases y sobre todo, esos ojos

Paco de Lucía. Emoción atávica.

2014 Paco de Lucía El primer disco que regalé a mi padre, en las navidades de 1979, fue Almoraima . Mi recién estrenada responsabilidad en el mundo del regalo familiar se transformó en una tarde de dudas ante el mostrador de LPs del Corte Inglés de Goya. Mi hermana mayor se decidió por Neil Diamond y sus 20 Diamonds Hits , y no me preguntes por qué, los pequeños elegimos Almoraima . Tal vez por la foto de la portada, tal vez porque habíamos escuchado tocar a Paco de Lucía en 300 millones . Paco de Lucía en la portada de Almoraima. Después lo he oído muchas más veces que mi padre, muchas más veces que casi todo lo que he oído. Creo que, hasta la llegada del Compact Disc, y salvo Música de Jazz para los que odian el Jazz , ése vinilo es el que más ha sonado en mi vida. La palabra embrujo se repite en casi todas las crónicas sobre Paco de Lucía, y puede ser por eso, aunque yo prefiero llamarlo emoción atávica.  Lo mismo me pasa con Cositas Buenas , y con otros discos

Las lesiones forman parte de la existencia. Bill Walton, la muestra.

Hace unos días ha publicado Desnivel un artículo con este título:  Las lesiones forman parte de la escalada. A esto podríamos añadir sin riesgo a equivocarnos que las lesiones son parte de la vida. Lesiones físicas y psicológicas, lesiones patológicas y sociológicas. Y aquí aparece el deporte como arma terapéutica, y la vida como herramienta para utilizar las lesiones a nuestro favor. A la biografía del jugador de beisbol Girby Kaile (o como quiera que se escriba) que Woody Allen imaginó para Días de Radio , se le suman otras muchas reales, de deportistas reales que han pasado su vida dando sentido a la frase del titular de Desnivel.  Por ejemplo, el gran Bill Walton podría decir tranquilamente que las lesiones forman parte del baloncesto. Bill Walton para mi, que soy un sentimental, son dos palabras mayores.  O más bien tres palabras mayores y dos números romanos: William Theodore Walton II . Una inspiración en mi existencia, no porque mida dos metros once, algo inalcanza

Deporte, intolerancia, ignorancia, y Rosa Parks

Muchas veces me pregunto por qué la gente utiliza el deporte como excusa para sacar lo peor de si misma. Pocas veces doy con respuestas que me convenzan. Así, entre fanatismos varios, topamos con el racismo en torno al deporte, o mejor sería decir, la manifestación del racismo idiota en el apartado de la afición deportiva. ¿De dónde aparece esa absurda necesidad de darle la vuelta a un complejo de inferioridad y convertirlo en un fanatismo?  El deporte y los y las deportistas han ido abriendo esquirlas contra el racismo. Estos días que se recuerda el gesto de Rosa Parks en un autobús, me gustaría recordar a más rosasparks de la historia.   The 1904 Anthropology Days and Olympic Games Sport, Race, and American Imperialism Edited by Susan Brownell Sólo 32 años antes del hito de los cuatro oros de Jesse Owens en Berlín, los responsables de la Feria internacional de San Luis organizaron unas jornadas sobre antropología (“Anthropology Days”) donde se exhibieron, realizan

Hasta aquí de tanto perdón.

Perdón, perdón, perdón. Desde que el rey de Botsuana diera una larga cambiada con su losientomuchonovolveráaocurrir , se suceden peticiones de perdón de lo más variado. No nos pueden pedir más veces perdón, y oye, podría ser que cayésemos en la trampa, pero hasta aquí hemos llegado. No puede valer para todo.  No es lo mismo pedir perdón por un pisotón fortuito, por un error benigno, por un codazo, por una negligencia administrativa, porque me quedé dormido, porque no me di cuenta, porque ha sido sin querer; No es lo mismo, digo, pedir perdón por errores humanos de más o menos fondo, que hacerlo por las cosas a las que nos estamos habituando. Sale una mujer que se ha ido a la fuga cuando un policía le ha dado el alto, y pide perdón. No es lo mismo eso que si sale a pedir perdón por haber tenido en su equipo de gobierno durante años a una banda de mafiosos que llevan robando a sus votantes y no votantes millones de euros delante de sus ojos, narices y boca. No es lo