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Mostrando entradas de 2023

Ljubodrag Simonovic: El deporte como religión del capitalismo

Traigo hoy al blog un texto que me llamó la atención hace unos cuantos meses, cuando lo leí en la maravillosa revista portuguesa que edita mi amigo Júlio Henriques,  Flauta de Luz . No la republico porque esté al cien por cien de acuerdo con lo que dice Simomovic, de hecho, no lo estoy, sino porque da mucho que pensar. Es un texto para leer con la mente abierta a la reflexión.  Espero que te traiga conceptos para sacar buenas conclusiones. A mi, desde luego, me ha sido muy útil e interesante. Aunque muchas personas son conscientes y critican la mercantilización de grandes eventos deportivos como la copa del mundo y los Juegos Olímpicos, pocos parecen entender el papel que juega el deporte como pilar fundamental del orden global capitalista. En esta entrevista con Ljubodrag Simonovic, eso es lo que se aborda. Es raro equiparar a los atletas con los filósofos, y mucho menos con los intelectuales que hacen que sus teorías sean emocionantes, y Simonovic no es lo que esperaríamos de un filó

Agua es moji, Uhuru es libertad

Hoy es el día de África. Un día para un continente.  Cada quien tiene su enlace con África. Por mi parte, tengo muchos; amistades, lugares, recuerdos, momentos. Hoy han venido a golpear la puertecita del recuerdo algunos días inolvidables de hace veinte años en los que llegué a la cima de África, a pisar las nieves del Kilimanjaro.  Entonces escribí un diario, leyéndolo hoy me doy cuenta de que he cambiado mi forma de escribir, porque he cambiado mi forma de ver el mundo  y también he cambiado la razón por la que escribo. El diario me ha traído aquellos días a la memoria retiniana como si los estuviese viendo ahora mismito, y he buscado algunas fotos que tenía por ahí guardadas, y ha sido bonito. Aquí dejo un extracto de aquel diario, para celebrar desde el centro de mi corazón el día de África. EXPEDICIÓN KILIMANJARO 16:30, hora española Escribo desde una litera de abajo, en una cabaña limpia de doce literas que son veinticuatro camas. Camas y no yacijas, como merecen ser llamadas l

Algunas cosas para las que tampoco sirven los libros de autoayuda

Contar, contar, no voy a contar nada que no sepáis, o que no se haya repetido una y mil veces, no a mí, sino a miles, en el trascurso del lío de la vida o el curso del río de la vida, que lo mismo da. Hablo de l as aguas turbulentas de Simon y Garfunkel y su puente que te viene bien cuando todo se pone cenizo. Pero no siempre hay puente, y lo que es peor, no siempre hay río. No sabía muy bien si sería capaz de ponerme de nuevo a escribir, o a nadar, o a correr, o a hacer las cosas que se me dan más o menos bien, que no son pocas, las cosas que me preocupan o me divierten, como dice Rosendo Mercado. Las cosas a las que damos nuestro amor loco, lo que nos mueve, lo que nos desentraña. Para desescalar sin red (y sin cuerda), una tarde de febrero de 2021 empecé a sentirme débil, apagado, nervioso. Me subía la fiebre como nunca antes. No quería ir al centro de salud porque el mundo estaba lleno de covid, y yo no tenía covid, yo tenía otra cosa, no sabía qué, pero no era covid, y no tení