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Mostrando entradas de 2022

Sobre la innecesaria necesidad de avanzar

Podría llamar perfectamente a este año que se acaba, y sin temor a ser injusto, el año de las interferencias no deseadas. Ni un paso ha estado exento de sus consecuentes trabas. El año en el que el reaccionario “todo mal” se podría haber ido a la mierda sin miramientos, pero ahí ha estado, agazapado y saliendo a la pista para decir esta boca es tuya, cállate. Era el perfecto aburrido fragor. El año al que no me dará la gana volver a las mismas cosas, porque hay rincones del pasado a los que no merece la pena agarrarse ni como a un clavo ardiendo. Igual que se hace pesado volver a ver las mismas caras (inmarcesibles) de hace mil años presentando las campanadas, como si nos interesase volver a dar la bienvenida al año 95. Obviamente no. Porque vivir hoy es mucho mejor que vivir ayer, por muy ayer bonito que fuese y bla bla bla. ¿El año del eterno retorno, o el del dominio del tiempo? Hay tantas teorías sobre el tiempo, tantas ilustraciones ilustradas que te advierten y enseñan cómo

Hace 43 años Loles bajó de 12 y nadie se enteró

Hace un par de años preparé este artículo para un libro, Sin embargo, finalmente no se publicó. Es una historia tan estupenda que, ahora que ya ha pasado un tiempecito, me parece obligado darle luz. No es del todo desconocida, pero no está de más recordarla de vez en cuando.  15 Julio 1979.  Estadio Joan Serrahima (Barcelona). Temperatura: 27º C; Humedad: 70%;  Hora: 20 horas 25 minutos; Viento: +0,7 m/sg. Fue el 15 de julio de 1979. En el Estadio Serrahima de Barcelona se celebraban los campeonatos de Catalunya. Llenazo total y máxima atención a la carrera final en la recta de 100. Loles Vives salió como un rayo para no dar tregua a la favorita aquel día, Olga Martorell, que llevaba a la competición el Récord de España con sus 12,11. Vives marcó 12,04 en semifinales, nuevo récord, esto convertía aquella final en una carrera de alto voltaje. Esa tarde el crono que se registró fue de 12”00 exactos. Por primera vez en la historia una española llegaba a los míticos 12 segundos que la chic

Embajadoras del regate, las Dick, Kerr Ladies en EEUU

No está registrado en la Guía Spalding, tampoco en los Archivos Históricos del Fútbol Americano, sin embargo, sabemos que, en 1922, cinco mil personas acudieron al Philadelphia Baseball Park para ver al primer equipo femenino de fútbol que jugaba en la ciudad. Las Dick Kerr Ladies en 1925: De izquierda a derecha: Annie Crozier, Lily Parr, Lizzy Ashcroft, Lily Martin, Hilda Parkinson, Florrie Redford, Lydia Ackers, Eva Gardner, Polly Scott, Jenny Lancaster, Lily Buxton, Maggie Shaw, (Nombres cortesía de Gail Newsham) – Foto Lizzy Ashcroft Collection   Un poco de contexto Esta historia comienza en 1898, cuando William Bruce Dick y John Kerr montaron una fábrica en Strand Road, en Preston. Una localidad de la zona de Manchester, Liverpool, Leeds; referentes futbolísticos de primer orden. Fabricaban materiales para tranvías y para otras obras eléctricas. Se llamaba Dick, Kerr & Co Ltd. En 1914 llegó la Guerra Mundial. La Oficina de Guerra propuso a Dick, Kerr & Co la fabricació

Sgalambro, ¡qué poco caso te he hecho! ¿O te he hecho mucho?

Manilo Sgalambro, el italiano loco del pelo banco, procuró darme consejos -a mí y a mi generación- pero, tal y como él pedía, no le hice demasiado caso. Aunque creo que acepté un par de sus consejos, porque gocé del poder de la juventud sin pensar, y a veces pensando, que lo mismo da. Pensaba que, si me quedaba pensando, la juventud desaparecería inmediatamente, y aún así pensé, y efectivamente desapareció. Hoy vuelvo a ser joven, como casi siempre, y a veces lo pienso, y pienso sin perder la juventud, o la parte que me queda de juventud, que es mucha. Belleza y juventud.  Me dijeron que las entendería cuando madurase, me dijeron que los sabios decían eso. Y también que hoy miraría mis fotos de hace 30 años como si fueran estampas de santos, que las adoraría de rodillas, pero no. Ahora miro al que hace 30 años me miraba con 20 y estoy sereno, no triste, algo emocionado, pero sereno ¡cómo pasa el tiempo!¡el implacable, el que pasó! ¡Cuántas posibilidades tenía, y qué aspecto ta

Telford, el infierno en la tierra, (otro infierno más).

Foto de BBC News, de una mujer que ha denunciado y hablado de lo sucedido en Telford, da su nombre (tal vez no sea su nombre), pero ya ves, no quiere salir en la foto. Más de mil, niñas y niños, sobre todo, niñas, nacieron en un entorno herrado, en terreno sin ley, a pesar de pertenecer a un país con leyes tan antiguas, con la Carta Magna, ¡la gran carta de las libertades!, el Bill of Rights, el parlamento, los lores, los comunes, la Revolución Gloriosa  y todas esas cosas superferolíticas. Nos dicen que nacemos iguales en derechos, pero no. Llamamos inhumanos a comportamientos que se repiten y que definen en gran medida el paso de lo humano por el planeta. Inhumana la guerra, inhumanas las matanzas, inhumana la trata de personas, inhumanas las redes de prostitución, inhumanas las violaciones grupales, y las no grupales, los abusos, las cuchilladas, las devoluciones en caliente, los linchamientos. Es así, a todas esas cosas las llamamos inhumanas, pero la triste realidad es que d

Los ojos, por sí solos, no entienden

Quienes no creen lo que llega desde Ucrania a través de fotografías y vídeos no lo creerían ni estando allí. Tienen lo que no recuerdo bien quién llamó un escotoma mental . Me quedé con el nombre de esa enfermedad ocular porque estoy familiarizado con ella. En la vista consiste en que un derrame o algún cuerpo extraño se sitúa en la retina, la córnea o algún otro lugar del globo ocular y entonces hay una parte de la visión que se pierde, una parte de la realidad que al mirarla no se ve, aunque estar, está. Eso es un escotoma. En la mente hay gente que también tiene esto: su mente sólo ve lo que quiere ver porque tienen una parte del cerebro invadida de algo que le impide ver y entender la realidad. Muchas veces me pregunto si tendré esa deficiencia, y alguna vez me he contestado que es muy posible que sí. Budapest, 1945 También nos pasa que en esta era de la cibernética, el cine y la prensa gráfica, aún no hemos caído totalmente en que las imágenes no son la realidad, y este es un