Ir al contenido principal

Jigoro Kano, el epicentro de la cuestión.

Antes de cerrar su segunda década vital, a Jigoro Kano  le pasó una cosa que merece la pena ser contada.

Para centrarnos en ella tenemos que conocer a Shibusawa Eiichi, un hombre de negocios de esos de aúpa, un tipo con una influencia tal que si un ex presidente de los EEUU visitaba Japón, no se iba de allí sin probar el saque de sus bodegas.

El 5 de agosto de 1879, Ulisen S. Grant, el Capitán Grant ni más ni menos (el decimoctavo Presidente de los EEUU) estaba en casa de Eiichi, y le tenían preparada una demostración de Ju jutsu, ¿a que no sabes quién formaba parte de la demo? Justo. Los maestros Fukuda e Iso estaban allí, y Jigoro Kano les hacía de partenaire. Este tipo de demostraciones se convertirían más tarde en un arma muy valiosa para Jigoro.
Aquella reunión de figuras históricas en la mansión de Shibusawa sí se podría catalogar como un “acontecimiento planetario”:
Por un lado, el anfitrión, al que pasados más de cien años se le sigue reconociendo como el "padre del capitalismo japonés", apodo que limita en parte su figura. Es verdad que en gran medida gracias a él el capitalismo occidental llegó a Japón. Tras la Restauración Meiji fundó el primer banco moderno, con el irrefutable nombre de Dai Ichi Kokuritsu (Primer Banco Nacional), fundó la Bolsa de Valores de Tokio, la Cánara de Comercio e Industria a Japonesa y aún tuvo tiempo (vivió noventa y un años) de dedicar su fortuna y esfuerzo a  hospitales, escuelas, universidades (incluida la primera universidad femenina) y de instituir la Cruz Roja de Japón. 
Por otro lado, el invitado. El símbolo de la victoria de los unionistas sobre los confederados en la Guerra Civil Norteamericana, el tipo que ganó el Mississippi, y en consecuencia, candidato a Presidente en 1868. Cuentan que en la Casa Blanca se mostró como un presidente de escrupulosa honradez, aunque sabemos que abriendo el camino a futuros políticos, aceptó regalos muy valiosos de sus admiradores, entre los que se contaban algunos especuladores incorregibles.
 Cuando finalizó su mandato, en 1877, se hizo socio de una firma financiera, y este viaje a Japón tenía más que ver con los negocios que con la política (si es que no son la misma cosa).
Y la tercera luminaria presente en aquella conjunción de astros fue un chico de diecinueve años que apuntaba maneras en el arte marcial más apreciado por los japoneses. 
Ninguno de los tres podría imaginar que a la historia de sus países, en poco tiempo, se uniría para siempre el toponímico Pearl Harbor, ni que gracias a sus modelos imperialistas, Iroshima y Nagasaki se convertirían en ciudades internacionalmente conocidas.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Ljubodrag Simonovic: El deporte como religión del capitalismo

Traigo hoy al blog un texto que me llamó la atención hace unos cuantos meses, cuando lo leí en la maravillosa revista portuguesa que edita mi amigo Júlio Henriques,  Flauta de Luz . No la republico porque esté al cien por cien de acuerdo con lo que dice Simomovic, de hecho, no lo estoy, sino porque da mucho que pensar. Es un texto para leer con la mente abierta a la reflexión.  Espero que te traiga conceptos para sacar buenas conclusiones. A mi, desde luego, me ha sido muy útil e interesante. Aunque muchas personas son conscientes y critican la mercantilización de grandes eventos deportivos como la copa del mundo y los Juegos Olímpicos, pocos parecen entender el papel que juega el deporte como pilar fundamental del orden global capitalista. En esta entrevista con Ljubodrag Simonovic, eso es lo que se aborda. Es raro equiparar a los atletas con los filósofos, y mucho menos con los intelectuales que hacen que sus teorías sean emocionantes, y Simonovic no es lo que esperaríamos de un filó

Algunas cosas para las que tampoco sirven los libros de autoayuda

Contar, contar, no voy a contar nada que no sepáis, o que no se haya repetido una y mil veces, no a mí, sino a miles, en el trascurso del lío de la vida o el curso del río de la vida, que lo mismo da. Hablo de l as aguas turbulentas de Simon y Garfunkel y su puente que te viene bien cuando todo se pone cenizo. Pero no siempre hay puente, y lo que es peor, no siempre hay río. No sabía muy bien si sería capaz de ponerme de nuevo a escribir, o a nadar, o a correr, o a hacer las cosas que se me dan más o menos bien, que no son pocas, las cosas que me preocupan o me divierten, como dice Rosendo Mercado. Las cosas a las que damos nuestro amor loco, lo que nos mueve, lo que nos desentraña. Para desescalar sin red (y sin cuerda), una tarde de febrero de 2021 empecé a sentirme débil, apagado, nervioso. Me subía la fiebre como nunca antes. No quería ir al centro de salud porque el mundo estaba lleno de covid, y yo no tenía covid, yo tenía otra cosa, no sabía qué, pero no era covid, y no tení

Galina Zybina, la atleta que llegó del hambre

     El 26 de julio de 1952 Galina Zybina ganó el oro en lanzamiento de peso en los Juegos Olímpicos de Helsinki. Y eso parecía que era lo que tenía que pasar, porque la URSS se estrenaba en unos Juegos y no pasaba por su imperiosa cabeza aparecer allí como comparsas. La URSS no había estado en los Juegos Olímpicos desde su fundación como nación en 1922.      Galina Ivanovna Zybina era mucho más que una lanzadora de peso, siendo eso algo realmente digno de todo elogio, ella era, además, una superviviente.      ¿Superviviente de modo metafórico o en términos absolutos?  Saca a la palestra tus habilidades para hacer juicios de valor, te cuento la película.   Galina Zybina      Galina llegó a la esfera terrestre veintiún años antes de esos Juegos de Helsinki, el 22 de enero de 1931, y llegó en Leningrado, la misma ciudad que había sido San Petesburgo y que con la revolución soviética le quitaron el san y la llamaron Petrogrado, y entonces dejó de ser la capital del Imperio Ruso porque