Corremos el riesgo de creer que Ruth, Mireia, Carolina, Edurne, Maider, Amaya, las jugadoras de las selecciones españolas de waterpolo, Balonmano, Gimnasia Rítmica, taekwondo, Baloncesto, y demás, son una sinécdoque (la parte por el todo) o más gráficamente, son la punta de un ice-berg. Corremos también el riesgo de creer que Arancha, las Conchitas (Martínez y Montaner), Pilar, Marta, Miriam, y demás, eran precursoras, las Magallanes de la igualdad de género en el campo del deporte. Conviene dejarlo claro. Esto es una cuestión de árboles y bosques. Ellas no son los árboles que no dejan ver el bosque, son los árboles. No hay bosque. El que Amelia Earhart atravesase el atlántico más rápido que nadie en el año 1932 no era en absoluto síntoma de que la aviación se poblaría en breve de mujeres pilotando, han pasado 72 años y mira tu qué panorama. Una cosa es la cumbre de una deportista española concreta o de un equipo de ellas y otra cosa es asumir esos éxitos a una especie d...