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Magnesio, esfuerzo y la esperanza del Olimpo.


Foto: Ana Máñez
GIMNASIA ARTÍSTICA

Las integrantes de la selección española de gimnasia artística están a punto de enfrentarse al reto más importante de sus vidas: el campeonato del Mundo de Glasgow 2015, del que depende la clasificación para los Juegos Olímpicos de Río. Sus componentes explican, desde el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, cuales son sus armas para superarse a si mismas y asegurarse un lugar en los Juegos.


TEXTO: CARLOS BELTRÁN     FOTOS: ANA MÁÑEZ


  A LAS DIEZ DE LA MAÑANA de un miércoles cualquiera empieza el movimiento en la inmensa sala de gimnasia artística femenina del CAR de Madrid. Se respira devoción. Sólidas paredes de hormigón recubiertas por planchas de madera, grandes ventanales que dejan pasar una luz matizada, ocho barras de equilibrio situadas estratégicamente, cinco aparatos de paralelas asimétricas, un pasillo lateral para correr hacia el salto,,,. y dominando el lugar, los ciento cuarenta y cuatro metros cuadrados del tapiz de suelo. Espalderas, colchonetas de todos los tamaños imaginables, trampolines, cuerdas para trepar, bancos, fosos repletos de cubos de gomaespuma.

Las partículas de magnesio que han ido desprendiéndose de las manos de las genios de la gimnasia española parecen aún flotar e impregnar el aire de relatos de búsqueda de perfección.

A las once comienzan las horas. El gimnasio renace. Mientras miles de teléfonos comunican por todo el país porque es la hora del café, el implacable dominio del espacio que unas jovencísimas deportistas se lanzan a inventar a diario invade la sala.

Son un grupo no numeroso pero suficiente. Sin saberlo le dicen al tiempo que ellas tienen un reloj distinto, y mientras calientan, cogen el atajo hacia el momento de asombro.
Sus horas pueden durar minutos, o pueden durar años. Lewis Carroll tendría aquí un soberbio laboratorio de observación.

En unos días el equipo va a competir en el campeonato del Mundo de Glasgow 2015, una cita que dará a las ocho naciones situadas en los primeros puestos plaza para los Juegos Olímpicos de Río 2016 y a las que se sitúen entre los puestos ocho y dieciséis la posibilidad de entrar en el preolímpico de abril de 2016, del que sólo podrán clasificar cuatro.

Roxana Popa dirige el calentamiento del grupo. Roxana Popa, la gran figura de la gimnasia española actual, recién rescatada de una lesión de nueve meses de recuperación. Está en el momento de dar el salto de calidad extra que la ayude a permanecer en lo más alto durante las próximas competiciones internacionales. Hace bien poco era una quinceañera que despertaba expectativas tremendas, capaz de convertir el pasillo de salto o las paralelas en espacios de pasmo. 

Pasados unos años, y con lesiones duras de por medio, se ha convertido en una mujer genio de la gimnasia, una potencia a nivel europeo (que en esto es como decir mundial), cada vez que consigue ganar la batalla a sus males. Malditos males.

- ¿Cómo estás, de las lesiones?
- Bastante bien, va mejor de lo que esperaba y la recuperación también más rápido de lo esperado
- ¿Y te sientes bien?
- Bien, no tengo molestias en la mayor parte, algunas cosas, normales porque es una lesión muy grave, pero me cuidan mucho.
- ¿Vas a poder hacer lo que hacías?
- Y más, lo tengo claro
- ¿Y en Glasgow, entre las 12 primeras?
Entre las 16 seguro, pero de 16 para arriba. Este año tenemos un equipo bastante equilibrado, con niñas nuevas. Bastante joven, pero se está haciendo un trabajo muy intenso y vamos a estar preparadas para pensar en calificar para los Juegos

Foto: Ana Máñez
Roxana llegará a Rio con diecinueve años (porque llegará, no cabe duda). Y allí podrá demostrar su madurez asombrosa. Diecinueve años de darle la vuelta continuamente a la adversidad. Allí donde cualquiera hubiese claudicado, ella ha buscado la forma de mejorar.

- En tu regreso a la competición en Italia, en la Novara Cup, hiciste unas paralelas extraordinarias.
- En Glasgow compito barra y paralelas, para proteger, porque es pronto. Estoy empezando justo ahora a meter dificultad en suelo. Y en salto empecé ayer… y tampoco podemos arriesgar nada. No merece la pena forzar mucho porque no me daría tiempo a meter toda la dificultad y fuerza. Para eso están ahora mis compañeras que pueden meter más dificultad que la que yo podría ahora mismo.
- ¿En individual vas a intentar…?
- Intentaré estar en la final de paralelas.
- Normal, si vienes de una lesión, sólo estar ya es mucho.
- Hubiese sido peor si hubiese sido más tarde.
- ¿Por qué son tan buenas tus paralelas?
- Mi ejercicio tiene una salida especial porque pocas gimnastas la hacen y encima tengo bastante facilidad para hacerla. Y es un ejercicio muy dinámico, con muchas sueltas, algo más corto ahora porque me lo han cambiado, y además tiene dificultad, suele gustar mucho.
- ¿Y estás para hacerlo?
- Impecable. Y después del mundial, a asumir más dificultad.

Cuando llegan al gimnasio, la mayoría de ellas viene de clase, de las aulas que el Instituto Ortega y Gasset tiene en las instalaciones de la residencia Blume de Madrid. Aparcan sus problemas de matemáticas o sus lecciones de lengua en el vestuario y se adentran con firme decisión en este espacio fuera del mundo.

Ellas, con la perpetua complicidad de Lucía (Guisado), Almu (Almudena San José), Eva (Rueda)  y sus muchas y muchos secuaces, diseñan, entre otras cosas, la belleza y la dificultad. La dificultad es un concepto de gimnasia, pocas disciplinas deportivas la asumen tan intrínsecamente, la dificultad. Aquí se busca, se encuentra, se domina y después se muestra para que sea juzgada. Cada mañana y cada tarde de cada día.

María Paula Vargas, con sus veinte es la más veterana del grupo de concentración permanente del CAR de Madrid. Es la perseverancia hecha mujer. Una carrera en la que la palabra lesión suena tanto como la palabra éxito, un ejemplo de superación total  y absoluto.

En su perfil personal de twiter cuenta que solía llevar un pez en su oreja derecha, pero que el pez decidió que ese no era su hogar y huyó. Paula, cuando se suelta el moño de gimnasta, sorprende con un original pelo color verde esmeralda. Es una joya que representa la lucha por la supervivencia que desde hace años libra contra viento y marea la gimnasia artística femenina española.

Foto: Ana Máñez
- En el campeonato del mundo de Glasgow voy a hacer lo que tengo desde hace años ya. Además, contando con las lesiones, tenía que quitar dificultad en suelo y paralelas. En barra y salto sigo igual, pero en paralelas, como estoy mal del hombro tengo que quitar dificultad, y en suelo, como me lesioné del Aquiles y del  cruzado y todo eso, he tenido que quitar también.

María Paula Vargas se mantiene con Roxana tras el ciclo anterior, el de los Juegos de Londres. En este ciclo olímpico entre Londres y Rio, Roxana y María Paula son las más experimentadas del grupo de Madrid, que es la base del equipo español, que se ve complementado habitualmente con los grupos de Barcelona y del Club Esportiu Xelsca de Mallorca. En esta ocasión son Claudia Colón y Natalia Ros, del Xelsca quienes se suman y refuerzan con su talento a la selección para este mundial de Glasgow 2015

Los equipos nacionales se configuran pensando en los ciclos olímpicos, siempre ha sido así. En países como España, en los que no se puede presumir de una cantidad grande de clubes y gimnastas, la suerte a la hora de formar un equipo es fundamental.

Elaborar un grupo con una generación de gimnastas que encaje en edad dentro del ciclo es algo muy complejo. En este deporte, la edad es trascendental, pues la vida deportiva de una gimnasta de elite no suele ser larga.

Para hacernos una idea, en 1976, Nadia Comaneci consiguió tres medallas de oro y una de plata en el Campeonato de Europa de Gimnasia Absoluto, en la ciudad de Skien, en Noruega. Tenía trece años, ya era sénior, y a nadie pareció importarle. Hoy las gimnastas de trece años aún tienen que esperar tres más para poder competir como sénior. Es decir, en los años de junior muchas gimnastas están para competir en categoría absoluta, la norma lo prohíbe, pero eso no quiere decir que esos años no pasen. Pasan.

- ¿En salto?
- Una pirueta y tira millas. Llevo desde el 2010 intentando la doble pirueta y como que no soy capaz.
- ¿Y por qué no una doble?
- Es que no me da, no porque no lo vea, es que no giro, me caigo así, plas.
- ¿Y qué haces en barra?
- He quitado la entrada. Excepto eso, lo del 2013. Hago una entrada normal, rondada plancha, tirón rueda seguido, tirón lateral, mortal lateral, tirón medio, giro normal, Split silla y salida de doble en carpa rondada.

Hoy Paula Vargas entrena pensando en Rio como en un premio. Cree que ya toca, que de algo tiene que servir conocer los umbrales de dolor tan bien como ella los conoce. Que su trayectoria deportiva lo merece. A estas alturas nadie puede discutirle sus infinitos méritos para vivir unos Juegos Olímpicos.
Foto: Ana Máñez
¿Qué caminos han recorrido Roxana, española nacida en Constanza, Rumania, o Paula Vargas, española de Valencia, Venezuela, para dar el rumbo a su vida que las adentró en las cuatro paredes de la gimnasia de elite? ¿Qué lleva a una niña de Gerona, de Sevilla, de Vilanova, por ejemplo a dejar todo para dedicarse a esto? Día a día exprimir sus horas a cambio de entrar en una lista de nombres de reconocimiento social muy limitado, a cambio, en ocasiones, de formar parte de reportajes en los que se las cataloga de muchas cosas menos de lo que realmente son. 

Ellas son gimnastas, ni necesitan ni pretenden ser más que eso, ni tampoco menos.

Ana Pérez está entrenando en las paralelas, ahora girando en la barra baja, - si 1,70 se puede considerar bajo-. A cada giro de 360 grados le sucede un ¡sube! de Eva Rueda. Ella sabe muy bien lo que significa ese sube.
Ana Pérez se está metiendo a pasos de gigante en el foro de las mejores de Europa. Es la actual campeona de España y en el europeo de Montpellier llegó hasta el puesto 14 en la clasificación individual. Un logro muy significativo para su edad y trayectoria.

- Vienes de Sevilla.
- Del Club Hytasa. en Sevilla había llegado a mi tope, no podía hacer más gimnasia que la que hacía y mi entrenadora decide traerme un fin de semana aquí, y a partir de eso, hace dos años deciden pedirme la beca, Al principio un poco duro, pero ahora bien, muy exigente, pero muy bien. 
- Ganaste el último campeonato de España.
- Si
- ¿Y con esos mismos ejercicios vas a competir en Glasgow?
- No he cambiado nada, lo hemos mejorado, asegurado y limpiado lo más posible, pero nada de cambiar e ir con dudas.
- Vas con ejercicios de bastante nivel.
- En principio hago los cuatro.
- ¿En cuál estás más a gusto?
- En barra, en salto y en suelo
- ¿Qué salto haces?
- Yurchenko pirueta.
- ¿Haces uno?
- Sí. En esos aparatos voy segura, en paralelas me cuesta un poco más porque es el que peor se me da.
- En suelo la parte de coreografía
- Bueno, la llevo un poco… bueno, ahora la llevo mejor que antes, cuando llegué me penalizaban mucho porque era pésima, pero aquí se trabaja muy bien y he mejorado mucho.
- ¿Y qué  diagonales llevas?
- En diagonales, doble mortal con pirueta, tempos con doble agrupado, doble pirueta y la última doble en carpa. En la última voy un poco con la idea de decirme: ¡oye, tienes que salirte! aunque voy fundida.

“En el deporte español hay deportistas tremendamente buenos, que entrenan muchísimo y que son tremendamente ricos. Y en el deporte español hay deportistas tremendamente buenas, que entrenan muchísimo y que son tremendamente pobres”. Esta frase se me quedó grabada hace ya unos cuantos años. Se la escuché a Jesús Carballo, seleccionador de la gimnasia artística femenina española durante diez ciclos olímpicos.
La gimnasia no da la riqueza que entendemos como tal cuando nos hablan de riqueza. Pero da otra riqueza. Es una lástima que desde determinados estamentos no sean capaces de valorar esa riqueza.

-¿Ana, vienen a haceros seguimiento los medios?
- De vez en cuando vienen y preguntan y tal. Pero poco
- ¿Cuándo ganaste el campeonato de España?
- Salió en medios locales de Sevilla, a nivel general muy poco.
- ¿Y el último europeo de Montpellier?
- Nada más en locales de Sevilla, a lo mejor una mini columna que nadie mira… yo creo que deberían promocionar más la gimnasia porque es un deporte muy bonito.

Descorazona pensar, una vez conocida y admirada su tenacidad, que aunque estas mujeres nos están ayudando a ser mucho mejores, a cambio, con desgana, el resto, las permitimos lesionarse y reponerse, comer, dormir, estudiar, entregarse a sus horas y poco más.

Paula Raya, recién llegada a la gimnasia de elite mundial, se inquieta porque voy a hacerle preguntas, pero al instante descubro que sus respuestas resultan tan directas como su mirada y tan serenas como su sonrisa. Se quita los vendajes de las muñecas con parsimonia, se ajusta el pelo, empieza.

Foto: Ana Máñez
- Hay dos clubes de Vilanova, yo soy de Associació Esportiva Pasifae Vilanova, un club nuevo. Yo antes estaba en otro. Me mandaron una carta desde el CAR de Sant Cugat y mi entrenadora del club no quería que fuese, y me dijo, si vas…, había gente que votaba por echarme del club, y bueno, yo quería ir al CAR y me fui, y me echaron del club. Esto fue antes del campeonato de España y claro, me tenía que inscribir a un club para poder competir y me pusieron en el Tarrasa y luego mi padre hizo un club para que pudiese competir
- ¿Sólo los estatutos para que pudieses competir?
- No,  hizo un club que comparte el gimnasio con el otro club.
- Vaya tela.
- Y en el CAR de Sant Cugat estuve desde 6º y de tarde. Y desde 4º de la ESO me mandaron aquí, y ahora llevo ya casi 2 años. Y estoy muy contenta.

El sensacionalismo y la gimnasia han ido de la mano desde el inicio de su implantación como deporte en nuestro país. La entrada de nuestras gimnastas en el concierto internacional nos acercó a la cumbre deportiva y de paso, por extensión, a las disquisiciones teóricas sobre su conveniencia. Una sociedad que, cuando no comprende algo, suele dedicarse a criticarlo, eso es lo que encuentra una gimnasta cuando pasa a formar parte de la punta del iceberg.

- Estuve en Francia (en preparatorio para el mundial de Glasgow) y muy bien, me vi mejor porque estuve un año parada por la espalda y ahora he vuelto a arrancar. En el Europeo de Montpellier ya he competido, ahí es cuando empecé a ver cómo era esto.
- Con toda la parafernalia de un campeonato ¿lo llevas bien?
- Me entran nervios, es que yo soy muy nerviosa, a ver, en algunos aparatos no, pero sobre todo en la barra, lo único que en Francia estuve tranquila, a lo mejor con el trabajo que hemos hecho me he sentido más segura, porque yo cuando llegué aquí no hacía nada y llevo un tiempo entrenando muy fuerte.

La gimnasia artística a este nivel de ejecución y exigencia, se podría resumir en horas de entrega a un detalle, obcecarse para vencer un miedo, viajar para demostrar al mundo que se puede alcanzar la perfección,  en España, además, representar a un país que ni sabe quién eres ni aparenta interesarle. En ser punta de lanza de un grupo de soñadoras que practica un deporte con una tradición inmensa que, paradójicamente, se mantiene alejado de la multitud.

En la gimnasia no se puede entrenar si no es al cien por cien. Si te despistas te caes, si te caes te haces daño, probablemente mucho daño. SI estás a otra cosa, si te descuidas mínimamente, si no aplicas la velocidad correspondiente a cada movimiento, pasas al otro lado de la línea que separa lo sublime de lo mediocre, y ahí no se puede estar. Este deporte es la exigencia constante, la máxima concentración.

Foto: Ana Máñez
Mientras Almu me cuenta cómo ve a este grupo, Nora Fernández está en la barra. Intenta una rueda sin manos y se cae. Se levanta rápido, comenta me he roto un dedo, se queja en bajito, se toca fuerte su pie vendado. Se vuelve a subir a la barra y a otra cosa, o mejor dicho, a la misma cosa. Repetir, repetir, repetir.

- Hace diez meses que me vine aquí (desde Gerona), y he mejorado mucho la colocación y la base y la técnica, porque vine muy descolocada. En los elementos lo hacía todo muy a lo brusco.
- ¿Por ejemplo diagonales con piernas un poco más separadas de la cuenta?
- Yo cuando me veo en los videos de competiciones me veo muy cambiada. Una cuestión de dedicación mía y de quien está pendiente de mí, aquí estamos muy controladas y vigiladas. Desde que volvimos de verano he trabajado sin fallos y en la competición estuve muy bien.
 -¿No apareció el miedo escénico?
- Esto no lo trabajo, hago mi ejercicio y se acabó. La mejoría viene de repetir y repetir y corregir casi en cada repetición.
Para el mundial creo que estamos preparadas, pero es muy difícil. Somos un equipo luchador y con ganas, y podemos llegar al preolímpico. Al principio teníamos algún rifirrafe pero hablamos entre todas y esto ha mejorado un montón.

Si comparamos con el mundial del año pasado este equipo ha mejorado mucho. Si compiten bien y las juezas se dedican a impartir justicia pueden estar entre las doce primeras. Porque ahí arrastran el peso de la historia de los últimos ciclos olímpicos, y esta vez toca romper con la historia, algo difícil. Una dificultad más.
Afrontan Glasgow con un hándicap, les ha tocado una subdivisión muy mala, la primera de todas. Y además empiezan ellas. Al menos, ya que hay que mirar las cosas desde todos los ángulos, la rotación no es mala dentro de lo que cabe, podría ser peor, podría empezar por la temida barra de equilibrios.

Es normal que asalte un cierto mosqueo con esta sociedad que no encumbra a estas mujeres y si lo hace con personas que aportan entre muy poco y nada a la generación de autoestima, de  positividad, de fuerza vital.

Aquí, en esta inmensa sala, hermosa sala, templo silente de la fe en la gimnasia. Aquí se caen y se levantan, se hacen daño y se curan, sonríen y lloran. Aquí se vive con mayúsculas, con todos los componentes del alma, el respeto, la fuerza y el amor por la gimnasia.

Hoy son Ana, Claudia, Nora, Paula, Roxana, María Paula, las que dan su nombre a esa colosal y desconocida energía que es la gimnasia artística femenina española. Están ahí, donde antes estuvieron Claudia, Lénika, Naomi, Ana, y antes  Silvia , María, Marta y Beatriz, y antes, Patricia, Tania, Sara, Elena, Laura, y antes Esther, Diana, Joana, Mónica, y antes  Eva, Sonia, Laura, Lucía, Alicia, Cristina…
Foto: Ana Máñez



Comentarios

  1. Lo de Paula Raya... es su versión, solo tengo que decir que de ese club que supuestamente no la dejaban ir al CAR han salido gimnastas olímpicas como Esther Moya, Laura Martinez, Encarnacion Adsuar y Lidia Castillejo. Yo he estado en ese club y he ido muchas veces al CAR y mi entrenadora estaba encantada, NUNCA me ha dicho que no fuera...

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    Respuestas
    1. Hola Judit:
      Como dices bien, es su versión.
      Yo me he limitado a trasladarla aquí.
      Como en todas las historias habrá distintos puntos de vista, desencuentros,malos entendidos, diferencias de criterio. A mi no me pareció que Paula lo contase con ningún fondo de crítica, simplemente describió lo que ella ha vivido. Que imagino no habrá sido ni fácil ni agradable. Releyéndolo, tal vez lo único que puede hacer pensar que detrás de la historia hay una crítica es mi "vaya tela", pero no pretende ser critico hacia el club sino una muestra de asombro por la situación, que me resulta, desde fuera, sorprendente.
      Cada gimnasta es un mundo.
      Muchas gracias por complementar la información con tu comentario.

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  2. Seguís sin daros cuenta de que sin base no hay élite. Seguid machacando a los clubs y tendréis que ir a Siberia a buscar a las gimnastas que os dan de comer. Y Telita la cita que has elegido de un EX seleccionador (acusado de abusar sexualmente de gimnastas y con una clara sentencia en su contra) que se ha llevado la pasta de la gimnasia en sacas. Resulta que tienen que ir al CAR de Madrid a que “las salven” de los clubs pero este obsoleto y mediocre equipo técnico no es capaz de meter equipo desde hace dos ciclos olímpicos. Dejad de engañar a la gente y sobre todo dejad de engañar a las gimnastas. Trabajan mucho y tienen ilusión las pobres pero con este equipo técnico que mira impasivo cuando una gimnasta dice que “ella hace una pirueta en salto y tira millas” …

    Y por cierto. En ese final tan bonito se os olvidan las generaciones de las Nereas, Irenes, Glorias y hasta las Amalias, Eloisas, Auroras, Elis, y hasta las Analenes, Pepitas, Artamendis … y otras tantas y tantas (imposible ponerlas a todas) que dejaron su grano de arena por la gimnasia a costa a veces de su propia salud. Porque aunque no os lo creáis … ya había gimnasia antes de que llegara este equipo técnico a destrozar la gimnasia artística femenina de este país.

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  3. Hola Pedro:
    Me da la sensación de que has leído un artículo que no es el que yo he escrito.
    O tal vez lo has leído con una predisposición que te hace ver algunas cosas que no están en él.
    Por lo pronto, yo no soy de nadie. Soy del deporte. Me limito a acercarme al deporte en su diferentes manifestaciones y a estudiarlo.Y cuando algo de lo estudiado me llama la atención, por la razón que sea, cojo y lo cuento.
    No se cómo has podido sacar de este artículo que la tesis que esconde es que la élite puede sostenerse perfectamente sin la base. No se, este artículo no va de eso.
    En mi trabajo podrás encontrar muchas muestras de que conozco la base, y no sólo la de la artística femenina, Y creo que cualquiera que conozca mínimamente el mundo del deporte sabe que sólo se puede afianzar la élite partiendo de una sólida estructura de base.
    Sobre la cita: Me parece una buena cita, descriptiva de una realidad incontestable, independientemente de quien la dijese. Pero el caso es que la dijo una persona que ha sido durante diez ciclos olímpicos responsable del equipo español. Me parece un buen bagaje para que sus citas tengan cierto valor. Sobre lo que dices de él entre paréntesis, creo que acusando a alguien de algo por lo que la justicia hace dos años dicto sentencia absolutoria y decir con ligereza que hay una clara sentencia en contra, no te ayudas si quieres que tu opinión sea valorada, para mi pierde credibilidad, sinceramente.
    Lo de EX, si te descuidas, te puede pasar como con la tumba de Adolfo Suarez, que bajo su nombre han puesto Ex presidente del gobierno. (esto lo digo para desengrasar, que está quedando un poco denso)
    Pero ya te digo que yo no soy de nadie, yo soy del deporte. No pretendo engañar a nadie, y menos a las gimnastas, que por lo demás, son mujeres muy maduras y difíciles de engañar. No te confundas con eso, aquí no hay tanta gente tonta como podemos creer.
    La frase que te escandaliza de Paula es evidente que la has leído también con un tamiz que te hace enfrentarte con cierta violencia a todo esto. Ella me lo está contando a mi, que me conoce desde que tenía 14 años. Yo la he visto saltar en Birmingham en el europeo Junior de 2010, cuando aún no había pasado por el via crucis que ha sido su carrera deportiva. Sus entrenadoras conocen cada uno de sus días, cada una de sus ilusiones y cada minuto de su trabajo. Ella se expresa así, como una mujer de su generación, después de haber intentado una y mil veces ser mejor gimnasta, y muchas veces conseguirlo. A mi me merece el máximo respeto.
    Otras veces me he encontrado con personas que exigen a las gimnasta en sus respuestas más que a multimillonarios futbolistas, a los que se les tolera la mala educación y la simpleza sin mayores problemas.
    Y termino, Entiendo que no es ironía lo del final bonito. Si lo es, pues nada, tampoco en eso he acertado. Si no lo es, gracias. Si te fijas termina con puntos suspensivos, estaban puestos ahí precisamente para que cada cual incorpore en ellos los nombre que mejor considere. Tu mismo has añadido algunos nombre que nos traen historias monumentales de gimnasia, y has dicho "imposible ponerlas a todas". Efectivamente, es imposible, y menos en un artículo que sólo pretende dar a conocer el trabajo de las gimnasta que van a competir este viernes en Glasgow.
    Lo bueno que tiene internet es que tu, si quieres, puedes dedicar tu tiempo y tus conocimientos a publicar esa historia de la gimnasia que conoces y a hacer la crítica tan profunda e hiriente como consideres apropiado.
    Tienes herramientas a tu alcance para hacerlo.
    Por mi parte, utilizo mi blog para contar las cosas que me gustan, también soy crítico (aunque procuro ser educado), y me resulta difícil responder a comentarios cargados de violencia verbal contenida, como ha sido este caso.
    Aun así, gracias por tus aportaciones.
    Un saludo.

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  4. Pues si, ya han competido en Glasgow...
    Pues habrá que darle la razón a Pedro Perez Martinez.
    No creo que la diferencia sea la genética de las americanas o de las inglesas, ni siquiera de las chinas... Y en mi opinion esto tiene que ver con la base, con los clubs, que no hacen las cosas bien. Sí, tienen sus motivos, seguro que innumerables (masificación, falta de remuneración para los entrenadores, lo que no les permite dedicarse profesionalmente a la gimnasia, etc, etc, etc...), pero se puede hacer mucho mejor, seguro.
    Cuando las niñas llegan al CAR llegan como llegan y ya no se puede hacer marcha atras y empezar desde el principio. Creo que no es el lugar...
    Asi les/nos ha ido en Glasgow... porque la gimnasia somos todos.

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