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6 Griegos para unos juegos

1.- Pablo de Grecia.

En la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1936, en Berlín, después de unas cuantas exhibiciones de poderío ario, comenzó el desfile de banderas y naciones. La primera en salir, como es norma en los Juegos, fue la griega. La muchedumbre en el estadio pudo ver desfilar, detrás de la bandera  blanca y azul, al príncipe Pablo de Grecia, que luego sería rey de los Helenos y en dos añitos más, padre de la princesa de Grecia y Dinamarca, que  más tarde sería y ha sido la reina Sofía de España. Y junto a él, el presidente honorario de la delegación griega, invitado como huésped de honor por el Comité Organizador de los decimoprimeros Juegos Olímpicos de la era moderna.

2.- Spiridon Louis

Las personas más enteradas presumían de saber quién era aquél enjuto y pellejo hombrecillo que vestía con los singulares atavíos del pastoreo griego tradicional. Era Spiridon Louis. Allí estaba, con 63 años, ante el mundo en su última aparición pública, portando consigo una rama de olivo traída desde Olimpia como símbolo de la Paz, subiendo hasta la tribuna y entregándosela mano con mano al mismísimo Adolf Hitler, un par de años más dictador que en la “noche de los cuchillos largos”. Al poco tiempo, a aquella rama de olivo le pasó como a las gardenias de Antonio Machín y se murió entre las zarpas de la bestia que quiso cambiar al mundo.

Habían pasado cuarenta años desde que Spiridon había cambiado la historia de otra manera, y aquellos días, en Berlín, volvía a ser primera plana. Le preguntaron cómo recordaba su gran momento en Atenas 1896: “Aquel instante tenía algo increíble y todavía lo recuerdo como un sueño. Toda una lluvia de flores y ramas caía sobre mí. Los espectadores gritaban mi nombre y lanzaban sus sombreros al aire.”
¿Por qué? ¿Qué había hecho para merecer aquello? ¿Por qué En el año 2004 al Estadio Olímpico de Atenas se le ha llamado el estadio Spiros Louis?

Aún hoy permanece una expresión que nació a finales del siglo XIX en Grecia que le recuerda: Yinome Louis (Γίνομαι Λούης), que se podría traducir como conviértete en Louis, para decir, ¡acelera! ¡Sé rápido! Cuando alguien llega de esta manera al acervo popular es por algo. En España, por ejemplo, en mi infancia decíamos No pasa nada, tenemos a Arconada, (en referencia a uno de los mejores porteros de fútbol de la historia, que era de la Real Sociedad de San Sebastián y de la Selección Española) para pedir que se mantenga la calma ante algún contratiempo.

Diez años antes del desfile de Berlín que ha abierto esta historia, Spiridon Louis había sido  arrestado con cargos de falsificación de documentos militares, y se pasó algo más un año enchironado. Pasado ese tiempo le declararon inocente y fue absuelto, así de rápido funcionaba la justicia griega en el 1926, no yinome Louis para nada. Éste desafortunado momento para Spiridon causó mucho revuelo e indignación entre los habitantes de un país que le consideraban (y le consideran) un héroe nacional.
Así que Spiridon no cambió el mundo ni entregando ramas de olivo ni a base de falsificar documentos militares ¿Entonces cómo?

3.- Georgios Dolianitis

Un año antes de los Juegos de Atenas 2004 visité formando parte de un equipo de Televisión Española a Georgios Dolianitis para invitarle a contar algunas cosas sobre los juegos y su ciudad. Georigios es una de esas personas que viven fuera del tiempo, o tal vez mejor sea decir en un universo paralelo, un hombre que puedes imaginar en nuestros días, o a finales del siglo XIX o sin hacer ningún esfuerzo, departiendo con el mismo Aristóteles a lo peripatético por las calles de la Acrópolis.
Georgios Dolianitis es historiador, y uno de los estudiosos de la historia de los juegos olímpicos más importantes del mundo. Entrar en su casa es algo único. Se trata de un edificios de cuatro pisos situado en un barrio residencial de la capital griega, los cuatro pisos los comparte con su mujer y sus miles de libros. Tiene toda la casa alicatada hasta el techo a base de estanterías. Y en el sótano, el cuarto de los tesoros, en el que guarda, además de fotos originales de los Primeros Juegos Olímpicos, algún incunable, y los folletos de finales del XIX en los que se explica a los griegos qué y cómo eran los juegos olímpicos. Es un lugar tan alucinante como su dueño.
The Olympic Hymn of 1896. by Kostis Palamas, and Spyros Samaras. 
Al loro con los díbujos 1896.
Dolianitis tiene un original en su biblioteca.

¿Habrían continuado los Juegos sin lo que hizo Spiridon Louis?  Le pregunté mientras mirábamos una foto de un almuerzo campestre en el que estaban los ganadores de las pruebas atléticas de Antenas 1896. Dudó, pensó y contestó. Seguramente no. Él más que nadie fue la razón por la que los juegos siguieron adelante.

A ver, explícame eso. Mira, los griegos habían puesto demasiada voluntad, demasiada ilusión, demasiado dinero. Si después de eso ningún griego hubiese hecho algo importante, la llama se habría apagado, casi seguro.
¿Pero con Coubertin incluido? 
"Coubertin no habría podido hacer nada sin los griegos. Sin Vikelas, sin Zappas, sin Averoff." 
Bueno, bueno, Georgios, creo que te pierde el chovinismo. No, los chovinistas son los franceses, aquí en Grecia somos sensatos, idealistas y sinceros. Mira esta foto, es de la mañana del domingo 12 de abril del 1896, el mismísimo rey Jorge organizó un banquete para los oficiales y los atletas. Allí dio un discurso y dejó claro que, en lo que a él correspondía, los Juegos debían desarrollarse en Atenas siempre, como en la antigüedad. Y lo dijo por el éxito que fueron a todos los niveles, incluido, claro está, el deportivo. ¿Sabes que Spiridon Louis desfiló el primero en la ceremonia  de clausura de los Juegos mientras sonaba el Himno Olímpico? ¡Un griego guiaba a los demás atletas vencedores en la vuelta al estadio! Si eso no hubiese sucedido, los juegos no habrían continuado, casi seguro. Ya veo, Georgios. ¿Pero me dices que otros griegos fueron los culpables de los primeros juegos?

Es que hay que ponerse en la época. Claro, para ti es fácil porque ya habías nacido. Risas. No, no, me refiero que aquí llegaron doscientos cuarenta y un atletas de catorce países del mundo y se celebraron competiciones de nueve deportes (porque la vela y el remo no se pudieron celebrar por mal tiempo). Hay que entender lo que eso suponía, era el mayor evento deportivo hasta la fecha. 
El estadio Panathinaiko fue el primer gran estadio del mundo moderno y se llenó con la multitud más numerosa que se había reunido jamás para ver deporte. Sí, pero yo tenía entendido que la idea fue de los franceses en la Sorbona. A ver, en el I congreso del Comité Olímpico Internacional, que fue en 1894 en la Sorbona, salió elegido como primer presidente un griego ¿Sabes quién?  Si, esa me la sé porque he visto su busto en la puerta del Comité Olímpico Griego esta mañana, Dimitrius Vikelas

4.- Dimitrius Vikelas

Pues el 23 de junio de 1894 Dimitrius Vikelas, que era un buen escritor que vivía en parís y tenía allí muy buena reputación, en La Sorbona propuso Atenas ante los once representantes de deportes de distintos países, y como Grecia es la cuna de los Juegos Olímpicos, y como en Grecia ya se habían celebrado tres juegos olímpicos modernos, la propuesta fue aprobada unánimemente. Así que ahí tienes al primer griego, porque Coubertain quería hacer los juegos en parís en 1900, pero casi todo el mundo pensaba que dejar pasar tanto tiempo desde el primer congreso y los primeros juegos sería mala cosa. Vale, ¿Y Vikelas era deportista? No, escritor. Pues entonces no me sirve para mi colección, así que volvamos a los deportistas, Georgios, y ahora que ya me has situado en la época ¿qué pinta Spiridon? No tan deprisa, ¡cómo se nota que eres joven! Confundes la velocidad con la precipitación, los Juegos nunca se hubiesen realizado sin el apoyo total del público griego y de la familia real. Además, si a Coubertain se le iluminó la bombilla fue gracias a lo que aquí había hecho Evangelios Zappas. ¿Has pasado por el Zappeion? Si. ¿Es bonito, verdad? Un pelín tarta de nata, para  mi gusto. Es magnífico, en cualquier caso, es donde está enterrado Zappas. ¿Sabes quién es Zappas? Pues no, en esta me has pillado.

5.- Evangelios Zappas.

(interrumpo mi conversación con Dolianitis porque merece la pena decir que el Zappeion es un edificio que está en el Jardín Nacional de Atenas en el mero corazón de la ciudad. Ahora se utiliza para reuniones y ceremonias, oficiales o privadas. Pero fue el primer edificio que se construyó específicamente para restablecer los Juegos Olímpicos en el mundo moderno. Pero unos Juegos Olímpicos que se comían y guisaban los griegos y que, la verdad, estaban pero que muy bien pensados.)
¿Qué no sabes quién es Evangelos Zappas? No insistas por ahí, Georgios que me vas a hacer sentir mal. Pero si el profesor David C. Young, de la Universidad de Florida ha dicho que si no hubiera sido por Zappas, los Juegos de Atenas de 1896 seguramente no habría tenido lugar. ¿Por qué? Por sus acciones, su voluntad y la tradición que había creado con los anteriores Juegos Olímpicos de los griegos habían hecho que el príncipe Constantino de Grecia fuese un defensor de los Juegos Olímpicos incluso antes de la formación del COI. Ya, pero es que no tengo el gusto de conocerlos, ni a Zappas ni al profesor David C. Young, si no te importa iluminarme ya que el que sabe de esto eres tú y al que han traducido al swahili es a ti.
Y este punto lo resumo, porque cuando Georgios se pone a hablar de Zappas se le llena el corazón y no hay quien le pare. Primero hay que decir que no tiene nada que ver con Frank Zappa, ni con el Rock Progresivo. Después hay que añadir que era un griego-rumano que había nacido en Albania, que entonces era parte del Imperio Otomano. Y que es archiconocido porque luchó en la Guerra de la Independencia Griega, y luego fue un empresario y filántropo, dos cosas que en ocasiones pueden ir unidas en la misma persona. Es reconocido hoy como uno de los fundadores de los Juegos Olímpicos, patrocinó los Juegos de 1859, 1870 y 1875. ¿Pero esos juegos qué son, te preguntarás con tu proverbial perspicacia? Pues como se puede deducir por las fechas, unos que hubo antes de los que montó el COI y algunos los llaman Panhelénicos. Zappas murió dejando un fortunón (era una de las personas más ricas de la Europa del Este, y eso es mucho decir), y lo dejó para que se pudieran financiar los Juegos Olímpicos Internacionales de 1896. Que él no vio por la sencilla razón de que la fecha de su muerte es anterior a la de la inauguración de los Primeros Juegos Olímpicos Internacionales. Además de ser el patrocinador único del renacimiento olímpico (así lo llama Dolianitis), también se le conoce, tanto en Grecia como en Rumania como un benefactor nacional, porque fundó varias instituciones de caridad y algunas escuelas, y adelantándose a su tiempo, construyó muchas instalaciones deportivas. Un fenómeno este Zappas.

Pues muy bien, Georgios, muy interesante, ¿pero Evangelios Zappas era deportista? Me temo que no. Pues tampoco me sirve para mi colección de cien, así que te recuerdo que hemos empezado intentando hablar de Spiridon Louis y me tienes aquí de la Ceca a la Meca. Es que para que te cuente lo que pone en todos los libros ya tienes los libros, o si no, métete en Internet que también  encontrarás muchas cosas, tiene incluso una foto mía. Cómo molas, Georgios, anda, sigue con tu tema y a ver si poco a poco llegamos a Spiridon. Lo importante es que Spiridon llegue a nosotros.
Yo estaba empezando a pensar que Dolianitis podría ser perfectamente un médium, pero me concentré en sus historias.
Sitúate en aquél tiempo e imagina una Grecia con muchos problemas financieros y una tremenda inestabilidad política. Vale, eso me resulta extremadamente fácil de imaginar. A finales de 1894, el Comité Organizador de los Juegos presentó un informe en el que se  confirmaba que Coubertain se había quedado muy corto en sus previsiones y el coste del invento sería tres veces mayor a lo estimado por él. El informe concluía con la noticia de que los Juegos no se realizarían.  

6.- Georgios Averoff.

Y aquí es cuando entra en escena el insigne Georgios Averoff, que antes de que me peguntes, ya te digo que tampoco era deportista, pero sin él no se entiende… Vale, vale, Georgios, si me tienes entregado, haz de tu capa un sallo. Georgios M. Averoff fue otro empresario y filántropo griego, que había fundado muchas escuelas por Egipto y Grecia. Los teníais a manta. No, en realidad eran muy pocos, pero obedecían todos a un espíritu muy concreto de ayuda social que nació de la Guerra de la Independencia. Averoff financió la restauración del Estadio Panathinaiko para los Juegos Olímpicos de 1896 a petición del príncipe Constantino, que como ya te he dicho puso mucho empeño en esto. El estadio fue reconstruido en 1895, con mármol del monte Penteli, el famoso mármol del Pentélico. Y gracias a eso encajaron las cuentas y se pudieron celebrar los Juegos. ¿Es precioso el estadio, eh? Es una maravilla, a tu tocayo le darían un puestito, imagino. Bueno, que sepamos, se construyó una estatua en su honor delante del estadio, y al buque almirante de la flota griega le llamaron Georgios Averoff.  Ya le darían algo más. Seguramente.

               Con toda esta información en la buchaca dejamos a Dolianitis a punto de tomarnos un té y de inaugurar los Juegos de Atenas 1896. Pero se nos había hecho un poco tarde para continuar con el plan trazado, que no era otro que ir a la bahía de Maratón, y desde la salida de la carrera original hacer los cuarenta kilómetros hasta el estadio Panathinaiko, a ver qué descubríamos.  Así que con pena en el corazón y descanso en el cerebro dijimos hasta siempre y nos marchamos.

Según el interés que despierte ésta entrada, continuara, o no.

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