En vista de que el post anterior ha tenido su público, y como dije que haría si eso sucedía, continúo la historia. Una más de las muchas que han tenido el epicentro en Grecia. Ese lugar.
Vamos con tres griegos más para ir cerrando la historia de Louis, que es tanto como decir el parto de los JJOO.
7.- Jorge I de Grecia
El 6 de abril de 1986, en Grecia era el 25 de marzo, porque ellos mantenían el calendario Juliano, y se inauguraron los Juegos
de la I Olimpiada; era lunes de Pascua, tanto para el cristianismo
occidental como para la iglesia ortodoxa, esas cosas van por la luna y
no por las fechas, y además era el aniversario de la Guerra de la Independencia de Grecia, que ya aparece mencionada muchas veces en la anterior entrada, es
evidente que marcó a fuego todo lo que después de ella ha sucedido en el mundo.
Jorge I corriendo el final de la carrera de Maratón de los "juegos intercalados" de 1906. Parece ser que también lo hizo con Spiridon. Hayestáertío. |
Para
comprender La Guerra de Independencia de Grecia hay que entender lo que
significó la Independencia a la que alude el nombre de la guerra en si para una
de las naciones más brillantes de la historia, un pueblo que fue soberano del Mediterráneo cuando el Mediterráneo era todo, admirado por amigos y enemigos. Grecia,
la madre de todas las civilizaciones.
Y
llegaron los macedonios, los romanos, los bizantinos, los sarracenos, los
cruzados francos, los turcos otomanos. Todos entraron en Grecia a lo largo de
la historia en busca de lo que Grecia da: esplendor a un imperio.
Y
en los 10 años que van desde el 1821 al 1831, zas, se libra la guerra que tiene
como resultado la victoria griega, con la cual se consigue la independencia y
se establece el Reino de Grecia.
Una
Grecia que contó en esa Guerra con la inestimable colaboración de casi toda
Europa y de muchos millonetis Norteamericanos. En la que personajes como el
famoso poeta Lord Byron, que murió en Mesolonghi, tomaron las armas para unirse
a los revolucionarios griegos. También el historiador escocés Thomas Gordon, tomó parte en la lucha y
escribió una de las primeras y mejores historias de la revolución en inglés.
Al
final, Francia y Gran Bretaña dejaron bien marcadito el territorio y pusieron
al rey Jorge I al mando de una monarquía afín. Y Grecia volvió a ser Grecia. Con
sus cosas, pero Grecia.
Pero antes de
irnos de guerra, estábamos en la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1896.
Unas 80.000 personas estaban allí, en el estadio Panathinaiko, entre ellas, el reu Jorge I de Grecia, su esposa Olga y sus hijos. La mayoría de los
atletas se alinearon en el césped del estadio, agrupados por países. El
príncipe heredero, Constantino, era el presidente del comité organizador, y dio
un discurso de lo más patriótico y emocionante. Después su padre abrió
oficialmente los Juegos.
La familia real griega,
igual que la británica o la sueca, se involucró mucho desde el inicio en la
creación y el desarrollo de los juegos. Si llegan a conocer el trato que se les está dando últimamente desde el COI a los miembros de las familias que
iniciaron todo el tinglado, igual no se hubiesen entretenido tanto con el
espíritu olímpico y las martingalas que acarrea, pero para mal o para bien,
corren otros tiempos. Fíjate hasta qué punto se involucraron las familias
reales, que el rey de Grecia actuó como “árbitro final”, una
especie de Juez supremo que unificaba las distintas reglas que diferían entre
algunos países. Y según Coubertin, "su
presencia dio peso y autoridad a las decisiones de los jueces".
8.- Filípides
Pero me estoy
desviando hacia unos jardines que no son los que quería visitar, así que
vayamos a la explanada de piedra que está a las afueras de la ciudad de
Maratón. El lugar desde el que salió la primera de todas y las dos maratones de
Atenas 2004.
El
lugar se conserva tal y como fue utilizado en el 1896, y está suficientemente
cerca de la Bahía de Maratón como para preservar también en el aire los ecos de
la batalla que derivó en la carrera más popular. Si conoces la historia de Filípides o Feidípides, te puedes
saltar el próximo cuento y llegarás a la carrera del primer Maratón de la
historia. Si no la conoces, te sorprenderá de dónde salió la distancia y
entenderás por qué el lingüista e historiador francés Michel Bréal, amigo de Coubertin, convenció a éste de que una
carrera de 40
kilómetros , emulando la de Feidipides (o Filípides),
expresaba en síntesis el espíritu restaurador de los Juegos Olímpicos.
La leyenda de la batalla de
Maratón la contó el historiador Herodoto
en el siglo V adC. Y como no fue muy explícito en cuanto a lo que hizo
Filípides (o Feidípides), hay varias versiones del asunto corriendo por ahí.
Todas coinciden en esto: El año es el 490 adC. Darío era el rey de Persia y
ordenó a Hipias conquistar Atenas. Los persas, desembarcaron en la bahía de
Maratón, a unos 40
kilómetros de Atenas. Los griegos eran unos diez mil
atenienses y mil soldados de Platea, y habían acampado en las faldas del monte
Pentélico (el del mármol del Panathinaiko). Los griegos conocían bien el
terreno y corrieron hacia los persas para luchar cuerpo a cuerpo sin dejarles
casi ni pisar tierra. Los persas no lo esperaban y no tuvieron tiempo de
reaccionar, así que huyeron y fueron invitados a subirse a la barca de Caronte.
Los persas perdieron 6.400 hombres y los griegos 192.
Y aquí están las cosas en las que no coinciden todas las versiones de
la historia:
Versión A: Los atenienses (el coronel Milicíades) enviaron al soldado Feidipides (o Filípides) a
solicitar ayuda a Esparta. Según la tradición, el mensajero corrió, cruzó ríos,
subió y bajó montañas sin detenerse a descansar hasta persuadir a los
espartanos. Gracias al apoyo de estos ganaron la batalla. Después de la victoria, a
pesar del cansancio por el viaje a Esparta y la participación en la contienda
bélica, Filípides (o Feidipides) regresó a Atenas con la noticia de la victoria.
Versión B (que en realidad no es contradictoria con la A, sino que la
complementa): En Atenas las mujeres esperaban conocer el resultado de la
batalla porque los persas habían jurado saquear la ciudad, matar a los niños y
violar a las mujeres, vamos, que venían en un plan muy poco encantador. Las
mujeres habían decidido que si no recibían la noticia de la victoria griega
antes de la puesta de sol, matarían a sus hijos y se suicidarían.
Y las versiones vuelven a coincidir en el final: el corredor
Feidípides o Filípides, llegó a Atenas y
proclamó: "Regocijaos, hemos vencido." Se derrumbó por el
esfuerzo y murió agotado.
9.- Coronel Papdaiamantopoulos
Cuando Coubertin le contó al príncipe
Constantino la idea de recatar la distancia en honor de la gesta de Filípides
aceptó encantado y la transmitió a su gente que quedó entusiasmada, incluso Georgios
Averoff donó una vasija antigua para que fuese el premio.
En
Grecia organizaron carreras clasificatorias para la de los Juegos, las organizó
un coronel del ejército con un nombre tan largo como la carrera propiamente
dicha, Papadiamantopoulos, La
primera clasificatoria se hizo el 22 de marzo, y la ganó Kharilaos Vasilakos con una marca de 3
horas y 18 minutos, que no está nada mal. La segunda fue dos días más tarde,
salieron 38 corredores, y la ganó Ioannis
Lavrentis con 3horas y 11minutos, que si lo de Vasilakos no está nada mal,
calcula. En quinto lugar, en esta segunda carrera clasificatoria llegó un joven
pastor de ovejas, de veinticuatro años de edad, procedente del pueblo Marousi, llamado Spiridon Louis. Spiridon había tomado la
salida porque Papadiamantopoulos le
conocía de cuando hizo la mili a sus órdenes y sabía que corría bien. Con su
marca quedó clasificado para correr en la última carrera de los Primeros Juegos
Olímpicos Internacionales.
... Y me dejo lo más goloso de la historia para cuando esta entrada haya tocado techo, no se trata de publicar por publicar, generemos gusanillo.
En esta historia, como en tantas, el fin es el principio.
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