¿Y qué se hace
cuando se ha alcanzado el punto más alto de la tierra? ¿Qué otros fines pueden
merecer la pena? ¿Se acaban los retos para un escalador si el más elevado a
caído? ¿Es llegar a ese punto la última meta posible? Cada quien tendrá su respuesta.
En lo que se refiere a Hillary, cambió la altitud por la
latitud, y se sumó a otra expedición de la Commonwealth que en 1958 llegó al
Polo Sur, nunca nadie, desde las expediciones míticas de Amundsen y Scott, en
la segunda década del siglo XX, había llegado allí donde la brújula se vuelve
tarumba. Pues Hillary llegó allí en un vehículo de motor a través de la
Antártida.
Y no se concentró en alardear de su logro mayor, cosa que
perfectamente podría haber hecho, su filosofía vital llevaba otros caminos: “Es
cierto, ¿por qué armar jaleo con algo que ya está hecho? Nunca me ha
obsesionado el pasado, hay un montón de cosas que hacer en el futuro.”
Y cómo lo sabía el tío. En ese futuro al que se refería
llegó a otros diez picos del Himalaya, dirigió una expedición desde la
desembocadura al nacimiento del Ganges. Viajó con frecuencia a Nepal, donde
creó la Himalayan Trust, una fundación benéfica dedicada a mejorar la calidad
de vida de los sherpas, una comunidad que gracias a esta organización ha visto
como se han creado escuelas, hospitales, puentes, aeropuertos y otras
infraestructuras esenciales para el desarrollo de esta parte del planeta.
Un par de meses después de ser ordenado caballero, Hillary
debió de notar que ser caballero no era para tanto, y se afanó en buscar
cambios más consistentes en su vida, así que se casó con Louise Mary Rose. Un
año después nació Peter Hillary Rose (que cincuenta años después subió al Everest
con el hijo de Norgay como homenaje a sus padres). En 1955 nació Sarah Hillary Rose y en el
59, Belinda Hillary Rose, que protagonizó el momento más duro con diferencia de la vida de Edmund.
En 1975 Belinda y Louise se dirigían al pueblo de Phaphlu,
en el Nepal, donde Hillary estaba ayudando a construir un hospital. Cerca de
Katmandú el avión dejó de volar y se estrelló. Luise y Belinda murieron. A
Hillary se le desmoronó el mundo, pero su dureza interna estaba muy entrenada,
sorprendentemente no sólo no le cogió horror a los aviones sino que decidió
trabajar en ellos. Y eso desembocó en otra historia asombrosa, de esas que si
las cuentas en alto no te las puedes creer, verás.
Entre 1977 y 1979, Air New Zeland programó unos vuelos
turísticos por el antártico y Hillary era una atracción más del vuelo, allí
explicaba algunas cosas interesantes mientras la gente estiraba el cuello para
ver lo que había abajo. El 28 de Noviembre del 79 había un vuelo programado,
pero Hillary tenía un compromiso ineludible en Estados Unidos, así que pidió a
su colega y amigo Peter Mulgrew que le sustituyese. El avión, ese preciso día,
se estrelló en el Monte Erebus, en la Antártida, y las 257 personas que
disfrutaban de un plácido vuelo sobre la latitud cero emprendieron un viaje
mucho más largo. Pasado el tiempo, el 21 de diciembre de 1989, la viuda de
Mulgrew, Martha Anderson, volvió a casarse ¿Adivinas con quién? Pues si, con
Edmund Hillary. La vida tiene estas cosas.
En 1985, Hillary fue nombrado Alto Comisionado de la India
(cargo equivalente a embajador), al mismo tiempo era Alto Comisionado de
Bangladesh y también Embajador de Nepal, y durante cuatro años y medio instaló
su campo base en Nueva Delhi. También en 1985 acompañó a Neil Armstrong, que en
1969 había puesto un pie en la luna, en una avioneta con esquíes por el Océano
Ártico, y aterrizó en el Polo Norte. Se convirtió así en la primera persona que
ha pisado los dos polos y la cima del Everest.
En 1992, desde el tesoro de su país le pidieron que cediese
su imagen para que los billetes de 5 dólares neozelandeses tuviesen la cara de
un deportista. Eso era algo realmente significativo. Por un lado del billete de
cinco dólares neozelandeses hay un pingüino y por el otro, un deportista. Os
reto a buscar otro billete o moneda del mundo con la cara de un deportista.
Billete de Cinco Dólares neocelandeses. Edmund y el Everest. |
En 2003 le hicieron
ciudadano de honor de Nepal.
En enero de 2007, con ochenta y ocho años en sus piernas,
Hillary viajó a la Antártida para conmemorar el 50 aniversario de la fundación
de la Base Scott, es decir, que se mantenía totalmente activo, y además,
activista contra los que confunden la montaña con un parque de atracciones.
En 2008, el Gobierno de la India le otorgó el Padma
Vibhushan, la segunda entre las más altas condecoraciones civiles del país,
detrás de la Bharart Ratna.
Y ese mismo año, un ataque al corazón le llevó de nuevo al
lugar que le convirtió en mito, el Everest.
Sir Edmund Hillary, 2007. Foto/Jane Ussher en su últia entrevista. |
Arpa sherpa, el hombre que más veces había llegado a la cima
del mundo se encargó de guiar el último viaje de Edmund Hillary. En la prensa
de todo el mundo se recogieron sus palabras: "Edmund Hillary es una
persona muy importante en Nepal. Por eso, me siento muy honrado de esparcir sus
cenizas en la cima del Everest, monte que los sherpas consideramos sagrado. Voy
a depositar las cenizas en la cumbre y a rezar por él, es quien nos mostró el
camino".
Él es quien nos mostró el camino.
Fin.
Carlos Klifas.
Alguna documentación que he revisado y utilizado para escribir fundamentadas estas cositas sobre Edmund Hillary:
- On top of the world: Ed Hillary Full biography of Edmund Hillary (NZHistory.net.nz)
- "EdmundHillary and Tenzing Norgay" in TIME magazine (14 June 1999)
- Obituary of Edmund Hillary en The Guardian
- Interview with Sir Edmund Hillary: Mountain Climbing en el Smithsonian
- "Sir Edmund Hillary : King Of The World" a brief biography in NZEdge
- La wikipedia, algunos artículos de EL País y los apuntes que tomé cuando hace cuatro años mi amigo de Rangitoto, Paul, me contó sus recuerdos de una jornda inolvidable.
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